Reigkye

        ABRÍ LOS OJOS completamente desvelada a la densa oscuridad del cuarto. Algo iba mal. ¿Había alguien más en la habitación? Escuché con atención, tratando de captar más allá de los latidos de mi corazón, pero fue en vano. El silencio era total. Moví la mano hacia el interruptor de la luz pero al llegar a la altura de la almohada, justo al lado de la mesita de noche, me detuve. Estaba caliente y hundida, como si alguien hubiese estado allí momentos atrás. Se me erizó el vello.          “Has sido tú. Te has movido en sueños, y por eso está caliente

        ABRÍ LOS OJOS completamente desvelada a la densa oscuridad del cuarto. Algo iba mal. ¿Había alguien más en la habitación? Escuché con atención, tratando de captar más allá de los latidos de mi corazón, pero fue en vano. El silencio era total. Moví la mano hacia el interruptor de la luz pero al llegar a la altura de la almohada, justo al lado de la mesita de noche, me detuve. Estaba caliente y hundida, como si alguien hubiese estado allí momentos atrás. Se me erizó el vello.          “Has sido tú. Te has movido en sueños, y por eso está caliente

        ABRÍ LOS OJOS completamente desvelada a la densa oscuridad del cuarto. Algo iba mal. ¿Había alguien más en la habitación? Escuché con atención, tratando de captar más allá de los latidos de mi corazón, pero fue en vano. El silencio era total. Moví la mano hacia el interruptor de la luz pero al llegar a la altura de la almohada, justo al lado de la mesita de noche, me detuve. Estaba caliente y hundida, como si alguien hubiese estado allí momentos atrás. Se me erizó el vello.          “Has sido tú. Te has movido en sueños, y por eso está caliente

No había tenido tiempo de pensar en ello el día anterior, pero era bastante guapa. Tenía el pelo, negro y largo, recogido en una esbelta cola sobre el hombro derecho. Un fino mechón le caía sobre el rostro, ligeramente redondeado y de facciones suaves, en el que destacaban sus ojos claros marcadamente rasgados y su nariz, algo achatada. Tenía la tez ligeramente bronceada, posiblemente por el sol de Naha, y pese a ser bajita tenía una complexión atlética. Hoy llevaba unos pantalones tejanos pirata y una camiseta azul de tirantes gruesos, bajo la que se adivinaba otra blanca del mismo estilo. En el b

-¡Pero es que ni siquiera la conozco! Ioran asestó una estocada furiosa con su espada de entrenamiento, que su oponente desvió sin mayor dificultad. Aprovechando que el príncipe había perdido ligeramente el equilibrio al descargar el golpe, le ganó la espalda y lo derribó placándolo con el hombro. -No necesitas conocerla. Para eso ya tendrás tiempo después de la boda. Si es guapa, lo demás irá como la seda. Y si necesitas practicar para la noche de bodas, ya sabes que tu tío Kalev conoce a las mejores maestras de Assarov-el guardián le guiñó un ojo a Ioran, que

 Novena Misión: La Joya Perdida Resumen Al final de la Guerra de las Fisuras, el hermano de Simariel, antiguo rey Urieth de los luminosos, se desvela como el Rey del Inframundo cuando visita Arcania en busca de un antiguo tesoro: una Joya mágica de inmenso poder. La intervención de Reika primero, y finalmente Simariel evita que se lleve el poderoso objeto completo (lo fragmentan).   Pero el peligro no ha cesado, pues existe una segunda Joya que se perdió hace mucho tiempo. El objetivo de los guardianes será encontrarla antes de que Urieth se haga con ella. Para ello crean un talismán que funcionará como un